En defensa de la “Universidad Arcis”. Un proyecto alternativo ante el modelo neoliberal, un proyecto que últimamente está siendo boicoteado y ha llegado a despidos de docentes con argumentos ambiguos e inconsulta, vulnerando los derechos de los profesores y estudiantes.
Podríamos denominar como una imagen a escala de una dictadura que ejerce el Sr. Velasco, como Administrador Provisional en nuestra universidad.
Por: Guillermo Cotal Ponce. Egresado de Pedagogía y Licenciatura en Historia y Cs. Sociales. Militante de Izquierda Ciudadana.
“La palabra comunidad, epistemológicamente, viene del latín communitas y significa que un grupo de personas tiene ciertos elementos en común como un idioma, determinadas costumbres, valores, una visión del mundo, por ejemplo. En este caso, la comunidad Arciana es un proyecto alternativo al orden neoliberal impuesto, hoy en día, y que tiene un enfoque crítico hasta en las metodologías que se ocupan para enseñar.
En la práctica, Arcis es una institución con una trayectoria académica muy grande, que ha formado varias personas que son un real aporte a la sociedad y no un aporte a las cúpulas del poder hegemónico.
¿Qué es un ghetto? Ghetto viene de la deformación de la palabra getto o gheto que significa “fundición” que era la actividad que se realizaba en la zona noroeste de Venecia y donde muchos judíos fueron forzados a vivir, ahí, por el Vaticano, ya que se crea la República de Venecia en 1516 y sus construcciones se comienzan a dar de manera vertical, en una suerte de irrupción del capitalismo, a través de su proceso de “modernización”.
Durante el Siglo XX, en la Segunda Guerra Mundial, los ghettos son distritos urbanos, donde, en este caso, no será la Iglesia Católica quien arremeterá contra los judíos nuevamente, sino los alemanes los que los obligarán a vivir en condiciones miserables. Los ghettos aislaban a los judíos, segregándolos de la demás población (los nazis crearon más de 400 ghettos).
Hay que decir que aunque serán actividades ilegales dentro de la macro ilegalidad institucionalizada de los nazis, será inevitable desde la perspectiva interna que se darán ciertos hechos como hacerse miembro de un movimiento político juvenil o asistir eventos culturales, aparte del contrabando de comidas y licores. Es aquí, precisamente, donde quiero llegar, porque ghetto lo podemos entender como un espacio cerrado que segrega y marginaliza.
Nosotros estudiamos aquí, no porque no quedamos en otra universidad. Nosotros estudiamos aquí, porque elegimos estar aquí, elegimos un proyecto alternativo al neoliberalismo impuesto por la dictadura militar. ¡Y no estamos aquí, para callar nuestro conocimiento, sino para desencadenarlo y expresar las desigualdades sociales!
Puedo afirmar que la comunidad de la Arcis es un foco de resistencia activo ante la demonización del poder hegemónico, porque el grueso de la comunidad ha evidenciado cómo los profesores han seguido impartiendo clases, a pesar del limbo financiero que atraviesa la universidad. Hemos visto cómo los trabajadores siguen en pié, en cómo los alumnos son el real fruto de esta catarsis. Somos un foco de resistencia que perduramos, dado que no hemos caído en el estoicismo y no hemos abandonado el barco.
Si bien, desde 2014 a la fecha, hay una gran merma de estudiantes que migraron a otras casas de estudios, desde que comenzó esta demonización en la prensa, tergiversando el entendimiento de la comunidad Arciana, generando alarma, descontento, quiebre y desfragmentación de la comunidad universitaria, a lo que se suma, el boicot de los bancos nacionales que no dieron opción de créditos para este proyecto alternativo. No nos cabe duda que existe nepotismo entre las cúpulas del poder hegemónico para que este proyecto alternativo no resurja ante el actual modelo económico neoliberal.
En síntesis, la comunidad Arciana no debe caer en el juego de las cúpulas del poder hegemónico, me refiero a no caer en el abismo del estoicista que nos separa entre los nuestros, dejándonos indefensos, subordinados ante cualquier peyorativo del capital imperialista, capital que es, lamentablemente, necesario para el resurgimiento de este proyecto crítico académico. ¿Y por qué no mantener la esperanza de un futuro no tan lejano, poder transformarlo en un proyecto solidario para con las masas populares? Hoy, más que nunca necesitan y exigen una educación alternativa, digna y liberadora del sujeto”.