El protocolo firmado entre un grupo de senadores de la Nueva Mayoría, la derecha y el Ministro de Hacienda para introducir cambios en el proyecto de Reforma Tributaria, genera un conjunto de legítimas inquietudes y dudas en la ciudadanía, ya que no es del todo claro que efectivamente se logren los principales objetivos de este proyecto, el cual resulta indispensable para establecer la gratuidad de la educación y un conjunto de otras políticas sociales, a la vez que asegurar que quienes tienen más, paguen más.
Tanto o más grave que lo anterior es la forma en que se alcanzó este acuerdo: a espaldas de la ciudadanía, de los parlamentarios, de los partidos políticos integrantes de la alianza de gobierno, en los salones de las mansiones, como en el mejor momento de la república oligárquica.
El gran esfuerzo que hace el Gobierno de la Presidenta Bachelet y la Nueva Mayoría por comenzar a devolver a las chilenas y chilenos la política y el derecho a estar informado, la política de escuchar a la ciudadanía, que ha quedado en evidencia en decisiones como las de Hidroaysen, los proyectos para poner fin al lucro y a la segregación en la educación, entre múltiples ejemplos, sufrió con esta operación, que encabezaron el Senador Zaldívar y el ex presidente Ricardo Lagos, un grave deterioro.
Las declaraciones de Andrés Zaldívar transparentan esta forma de hacer política que los chilenos rechazan y que solo ha servido para mantener un sistema profundamente desigual, una democracia seriamente limitada, derechos fundamentales convertidos en negocios. Esto es lo que la mayoría de las chilenas y chilenos dijeron que había que terminar cuando dieron su mayoría a la Presidenta Bachelet y a la Nueva Mayoría. Si el Senador Zaldívar quiere dedicarse a la cocina – como una suerte de chef malvado de Ratatouille – no hay problema, pero lo que no puede hacer en ningún caso, es obligar a los chilenos a comer sus menjunjes sin considerarlos previamente.
La política de los consensos, los acuerdos a espalda de la gente, no tienen cabida en este nuevo Chile que queremos construir con todas y todos. No aceptaremos, bajo ninguna circunstancia, que se vuelva a expropiar la política de la ciudadanía. La invitación que nos hiciera la Presidenta Bachelet durante su campaña apuntaba justamente en la dirección contraria, y es por eso que hoy estamos aquí.
Confiamos que en el Senado y en la Cámara de Diputados se corrijan las cuestiones principales que este protocolo afecta, proceso en el cual seremos activos colaboradores, con el fin de que efectivamente la Reforma Tributaria sea un factor contribuyente para derrotar la desigualdad en nuestro país, de una vez por todas.
Partido Izquierda Ciudadana de Chile