Fuente: Diario Electrónico El Muro
http://www.elmuro.cl/la-dura-rivalidad-entre-los-viejos-partidos-y-los-nuevos-referentes/elmuro/2015-11-23/172607.html
En las últimas semanas, al interior de los partidos oficialistas encabezados por la Democracia Cristiana (DC), el Partido Socialista (PS) y el Partido por la Democracia (PPD) se ha levantado un nuevo frente de conflicto a raíz de la intención de estos sectores de aumentar las exigencias para la existencia legal de nuevos referentes políticos.
Los sectores que se verían afectados con esta medida, consideran que lo único que está haciendo la vieja Concertación es cerrar las puertas a las nuevas organizaciones políticas que están en pleno proceso de formación o que, a futuro, lo harán.
Toda la polémica está centrada en la discusión de la nueva Ley de Partidos Políticos, iniciativa impulsada por el Gobierno y que está en tramitación en la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia de la Cámara de Diputados. Se abrió un flanco de críticas, debido al interés de algunos conglomerados de entrampar cualquier posibilidad de que surjan nuevos partidos que terminen compitiendo con ellos en las próximas elecciones municipales de 2016. Incluso, dentro de la Nueva Mayoría, ya se habla de la pelea que se está dando entre David y Goliat, en referencia a la fuerza, o mejor dicho, poder que los llamados partidos grandes tienen por sobre aquellos que son más pequeños y que ha llevado a estos últimos, a no descartar dejar de formar parte de la coalición de gobierno e independizarse, si se mantiene la idea de aumentar los requerimientos para conformarse legalmente.
Cabe recordar para entender el contexto de la rivalidad existente, en este momento, entre los grandes partidos y los restantes sectores que aspiran a convertirse en partidos políticos, que en la nueva Ley de Partidos, el Ejecutivo definió como exigencias para la representación legal de los conglomerados y conseguir financiamiento estatal, la obtención de un 0,25% del electorado que sufragó en la última elección de diputados y, además, contar con un parlamentario. Sin embargo, la pretensión de algunos parlamentarios de la Nueva Mayoría y de la oposición es barrer con esos requisitos y establecer otros como, por ejemplo, conseguir al menos un 5% de los votos en cada elección de diputados en tres regiones contiguas y cuatro parlamentarios.
A favor de este aumento de requisitos, votaron la semana pasada, los diputados de la Unión Demócrata Independiente (UDI), Renzo Trisotti, Arturo Squella, Marisol Turres y Juan Antonio Coloma. Desde la Nueva Mayoría, dieron luz verde a esta polémica idea, los diputados socialistas, Leonardo Soto y Osvaldo Andrade. En la Democracia Cristiana son partidarios del incremento de exigencias, los diputados Aldo Cornejo y Fuad Chahín, mientras que en el Partido por la Democracia, figuran como pro más barreras, Daniel Farcas, Guillermo Ceroni y, en el caso del Partido Comunista, Hugo Gutiérrez.
La idea de incrementar el umbral de exigencias cayó literalmente como un balde de agua fría dentro de los sectores que son, actualmente, parte del Gobierno, como es el caso de la Izquierda Ciudadana y también en otras organizaciones políticas de izquierda y de centroderecha que aspiran, legítimamente, a constituirse como partidos, tal como lo hicieron la Democracia Cristiana, el Partido por la Democracia, el Partido Comunista o el Partido Socialista, en su minuto.
El problema es que esta medida para algunos sectores es una muestra de que el fuego enemigo proviene de los parlamentarios de la propia Nueva Mayoría, los que intentan comenta a El Muro una alta fuente de la Democracia Cristiana que no comparte la idea de limitar la formación de nuevos partidos, “ser sólo ellos los que mantengan el poder, que nadie nuevo entre a su círculo de influencias y que ninguna otra colectividad pretenda ganar espacios de participación, porque para ellos, con la miopía que los caracteriza, con los partidos que hay es suficiente”.
Argumentos contra los dardos lanzados
Felipe Kast, diputado y presidente de Evópoli señala a EL MURO que es importante aclarar que, un aspecto es aumentar las exigencias para la formación de partidos y, otra, es incrementar los umbrales para continuar siendo partido político, después de una elección. “Creo que hay que bajar las barreras para que se puedan formar partidos políticos y no es tan grave el que se pueda exigir, por ejemplo, que en la próxima elección parlamentaria logres tres diputados o logres algún mínimo de votación. Es razonable tener barreras de entrada muy bajas para existir y, después, una fórmula interesante sería que los obstáculos para seguir existiendo sean del orden de tres o cuatro diputados, pero tal vez podría ser gradual, por ejemplo, que en la primera elección te exijan dos, en la segunda te exijan cuatro y, así, sucesivamente para que no sea tan duro y para que permita una mayor competencia y no que los partidos tradicionales terminen ganando por secretaría”.
El presidente de Evópoli descarta que a Evolución Política le afecte un eventual aumento de las exigencias para que legalmente diferentes sectores se transformen en partidos políticos. “A nosotros no nos complica, porque estamos convencidos que vamos a lograr más de tres o cuatro parlamentarios en las próximas elecciones”.
Felipe Kast advierte, sin embargo, que la actitud de la Democracia Cristiana, el Partido Socialista y el Partido por la Democracia demuestra que están acostumbrados a obtener beneficios por la puerta chica. “Siempre les gusta ganar por secretaría, así no tienen que esforzarse por ganar por competencia. No me cabe, ninguna duda, que hay un incentivo por parte de ellos a limitar la competencia, pero, insisto, limitar la competencia no significa exigir el mínimo en el tiempo, por eso, la fórmula más sana es que esto sea gradual”. Agrega que, por ejemplo, resulta legítimo que a un partido que recién se forma le exijan dos parlamentarios y, luego, en la segunda elección cuatro, pero “tampoco es sano que tengamos un financiamiento público en forma constante para partidos que, al final, terminan siendo unipersonales y no son proyectos ideológicos, sino más bien, proyectos personales”.
Bernarda Pérez, Secretaria General de la Izquierda Ciudadana (sector que está, precisamente, en etapa de inscripción de firmas para constituirse como partido político) señala a este diario electrónico que “el intento de restringir las instancias de organización y participación política, nos parece que es atentar contra la democracia y con la libre adhesión que los ciudadanos tienen de poder sumarse a ideas y a expresiones con los que se sientan identificados”.
La dirigente nacional de la IC plantea que en el caso particular de la Democracia Cristiana, “es un partido con años de existencia y no veo por qué pudiera sentirse amenazado. Veo poca generosidad de su parte, en términos de acoger a otros con los que puede generar estrategias conjuntas para mirar el futuro de Chile”. Agrega que “parece que varios se olvidan que la política se oxigena cuando aparecen otros actores y otras voces. La política no está coaptada ni a príncipes ni a reyes, ni a princesas que han estado siempre en el espectro político. Es tiempo de darse cuenta que hay nuevos liderazgos que la ciudadanía ha levantado y que están en espacios estudiantiles o en las organizaciones sociales”.
Respecto del respaldo del diputado, Osvaldo Andrade al aumento de las exigencias para la existencia legal de los partidos, asegurando que no es partidario que se subsidie a los sectores en formación, la Secretaria General de la Izquierda Ciudadana plantea en forma categórica: “En cuanto al Partido Socialista, no estamos pidiendo que subsidie a nadie, primero porque no creemos en eso y, en segundo lugar, porque sentimos que nosotros representamos un nicho político distinto y el Partido Socialista es un nicho diferente. Aquí, nadie puede sentirse amenazado con abrir el espacio democrático”.
En tanto, el senador Alejandro Navarro, timonel del MAS, ha manifestado en los medios de comunicación que “los partidos políticos tradicionales no pueden comportarse como lo han hecho las farmacias, los pollos o el cartel del confort, por cuanto representan a la ciudadanía, pero con normas como éstas llegan, incluso, a asimilarse”, agregando que “con esto se estaría impidiendo la libre competencia electoral, se está poniendo obstáculos a la constitución de partidos emergentes como es el caso del Movimiento Amplio Social (MAS), la Izquierda Ciudadana (IC), Revolución Democrática (RD), el Partido Progresista (PRO), Izquierda Autónoma (IA), Evópoli y varios otros movimientos políticos que juntan sus firmas para obtener legalidad pero que, a la primera elección parlamentaria, la pierden por este tipo de leyes predatorias”.