Por: Equipo de Comunicaciones de la IC.
Marcelo Leiva (38 años) integrante del Frente de Diversidad Sexual de la Izquierda Ciudadana y actual candidato a concejal de la IC por Santiago Centro, tiene una mirada optimista en cuanto a los avances que, en el plano de la no discriminación y la aceptación de la diversidad sexual, se han generado en lo que va de la segunda administración de la Presidenta, Michelle Bachelet. En este sentido, Leiva sostiene: «En el Gobierno de la Presidenta Bachelet, hemos avanzado más que en los últimos veinte años en diversidad sexual, no sólo en legislación y en el que se instalen temáticas en el tapete, sino en comenzar a tener voluntad política la que se ha evidenciado, por ejemplo, en las conversaciones sobre el matrimonio igualitario, quizás no de la forma cómo querríamos, pero ya está en discusión y, eso, es importante. Lo mismo ocurre con la Ley de Identidad de Género, cuya discusión está ad portas de iniciarse».
Leiva indica que también se considera un logro «el que se esté debatiendo en cuanto al derecho filiativo en parejas del mismo sexo. Las conversaciones, hoy en día, no son tema tabú, sino que se abordan de manera directa. Tenemos el Acuerdo de Vida en Pareja (AVP) y estoy convencido que, antes que termine esta administración, se va a cumplir con el programa de Gobierno y vamos a tener una Ley de Identidad de Género y, probablemente, una Ley de Matrimonio Igualitario».
Consultado, en términos prácticos, sobre la importancia de una Ley de Identidad de Género en el país, el candidato a concejal por Santiago Centro, explica: «Es necesario que el Estado reconozca quién eres y cómo te llamas. Por ejemplo, si alguien se ve, físicamente, como Juanita, pero se siente como Juanito y nadie respeta ese sentimiento, es demostración de que algo hay que cambiar. La Ley de Identidad de Género nos ayuda a que las personas tengan legitimación, es una reivindicación de vida para quienes son transgénero y puedan, por ejemplo, hacer las modificaciones necesarias en su nombre, sin ni siquiera tener, quizás, un cambio estético, sino más bien, que existan los respaldos legales para que se sientan ciudadanos y ciudadanas, independientes de su orientación sexual o de su identidad de género».
-En Chile, hay sectores conservadores que cada vez que se habla de homosexualidad tienen una visión crítica, no asumen que se trata de una orientación y, de inmediato, surgen los comentarios descalificatorios y de rechazo…
Les cuesta asumir la realidad, porque piensan que la homosexualidad es una condición o una opción y no es eso, es una orientación. Si la trato como condición o como la posibilidad de escoger, uno diría, ¿por qué, entonces, no se elige otra cosa, algo más natural? Esto, insisto, no es una opción, no es una condición, porque nadie me condiciona a ser homosexual y ése es, precisamente, el problema de muchos políticos en el país que piensan que esto no es natural. Cuando nosotros hablamos de orientación sexual, nos referimos a algo que viene con las personas desde antes de nacer, es parte de su ship.
-¿Cree que el debate sobre la homosexualidad aún se observa con una mirada ligada a la religión?
Si bien es cierto, hay homosexuales y lesbianas católicas, te aseguro que el matrimonio igualitario se habla no porque las personas quieran casarse en un iglesia. Hoy día, todas aquellas cosas que tienen que ver con estar en acuerdo o desacuerdo con la homosexualidad, a mi parecer, es, simplemente, por la ignorancia de no querer aprender, sobre todo en muchas personas de derecha. Hemos escuchado a senadores y diputados, con grandes estudios, con mucha educación hablar sobre orientación sexual o identidad de género, con una ignorancia tremenda.
-¿Están dadas las condiciones para que las parejas del mismo sexo tengan la posibilidad de adoptar? Se lo pregunto, porque hay quienes piensan que el sólo hecho de ser heterosexual es, supuestamente, condición de que se será buen padre o madre y ¿quién lo garantiza?
En el país estamos atrasados, porque cuando hablamos de familias homo-parentales, siempre hablamos como si Chile estuviera preparado para estas familias homo-parentales. La mala noticia es que en el país hay familias homo-parentales, Chile tiene madres lesbianas con hijos, Chile tiene padres gay con hijos, algunos viven en familia homo-parental, pero lo que está sucediendo es que el Estado no se está haciendo cargo de estos niños, ni de estas familias. No es un tema de Gobierno, es un tema de Estado. Hoy, hay que proteger a las familias cuyos derechos han sido vulnerados como el caso de la Jueza, Karen Atala, donde nuestro país fue condenado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
-Pero, a su juicio, ¿existe la voluntad de salir de este retroceso y dar pasos de frente?
Sí. Creo que podemos avanzar en derecho filiativo y, sin duda, este año, vamos a tener buenas noticias en materia de derechos de los niños y niñas, hijos e hijas de familias homo-parentales.
-¿De qué manera se logra avanzar, por ejemplo, en la idea de abrir la mirada de las generaciones más antiguas, de las actuales y de las futuras para que al abordar el tema de la homosexualidad se haga con altura de mira, no desde la ignorancia, no desde los prejuicios?
Hay muchos factores que nos ayudarían a abrir los ojos, es una responsabilidad en conjunto por parte de las organizaciones sociales, de los partidos políticos, del mismo Estado, a la hora de educar. La idea de construir un país con más cultura no es la pega de una sola organización o de una sola persona, es una pega que tenemos que hacer de manera mancomunada.
El rol de las marchas sociales
Para Marcelo Leiva, la participación en las marchas sociales en las que la bandera de lucha es el respeto a la diversidad sexual es importante, ya que, «permite que se discutan los temas, llega ese debate a las casas, la gente conversa sobre las movilizaciones que se realizan y, precisamente, el objetivo es la visibilización de materias que están en la agenda de la Presidenta, Michelle Bachelet, que es algo que nos deja muy tranquilos, no sólo como Frente de Diversidad de la Izquierda Ciudadana, sino también a las organizaciones sociales con las que somos amigos y cercanos».
-¿Cómo los jóvenes pueden contribuir, en la práctica, en el debate, en la discusión de la diversidad sexual y la no discriminación?
Hoy día, los jóvenes son la base de esta pirámide. Cuando hablo de jóvenes me refiero a chicos y chicas de 14 años en adelante que son un aporte en cuanto a la enseñanza de respetar al otro, no sólo cuando se plantea la diversidad sexual, sino cuando hay diferencias, de respetar a ese otro que es distinto. En los colegios, en las universidades hay discriminación, pero también es cierto que la gran mayoría de los jóvenes hoy día, que no está influenciado por la religión, que no está influenciado por ideas políticas que van en contra de los derechos humanos -haciendo alusión a los partidos conservadores, de derecha-, tienen una mirada más amplia y respetan. Hoy, los jóvenes entienden cuáles son los derechos de las personas y los respetan.
-Dentro de la población homosexual, ¿cuán díficil sigue siendo asumir su orientación, sabiendo que pueden ser objeto de rechazo por parte de sus propias familias, de su círculo de amigos y en el ámbito laboral?
Todavía hay dificultades, sin duda. A nosotros nos otorga una suerte de bálsamo a la vista en términos de no discriminación, por ejemplo, el ver en la televisión algunas historias, a una gay o a una lesbiana con historias que son más lindas. Hay gay y lesbianas que no somos ABC1, que no tenemos una historia linda, hay hombres y mujeres de la diversidad sexual que tienen que ir a trabajar a las plantas, a las empresas de producción donde no sólo tiene que ver con un tema de auto-discriminación, de no darme cuenta o no asumir mi sexualidad, sino más bien, de vivir en un espacio donde todo está heterosexualizado, con una sociedad machista.
-En la actualidad, usted tiene 38 años, ¿a qué edad asumió su orientación homosexual y, en general, cómo fue el proceso?
Me di cuenta en forma muy natural a los 21 años. Fui toda mi vida Mormón, fui misionero Mormón y al regreso de la misión, no tenía duda que era homosexual y no heterosexual. Terminé con mi polola e inicié mi vida homosexual de inmediato. Fui presidente de los Mormones gay y lesbianas en Santiago -Grupo llamado Afirmación-, luego fui activista del Mums e ingresé a la Izquierda Ciudadana. Mi salida del clóset fue muy natural, porque me di cuenta que mi trabajo era aportar a que las reinvindicaciones de la diversidad sexual fueran escuchadas y, eso, implicaba ser alguien público y, entonces, tenía que salir del clóset, no necesariamente contarle a todo el mundo, sino que, de a poco, los demás se fueron enterando.
Entrevista reproducida en: http://www.cronicadigital.cl/2016/05/18/marcelo-leiva-con-el-gobierno-de-la-presidenta-bachelet-hemos-avanzado-mas-que-en-los-ultimos-veinte-anos-en-diversidad-sexual/