Por: Equipo de Comunicaciones de la IC.
Marcelo Leiva (del frente de Diversidad Sexual de la Izquierda Ciudadana) se ve bastante satisfecho, por estos días, luego que se diera luz verde a la posibilidad de que una persona pueda cambiar de nombre y sexo, directamente en el Registro Civil y de Identificación y no tener que seguir sometido a recurrir a los tribunales.
Una noticia positiva, en medio de una serie de cambios que, en materia de diversidad sexual y equidad de género se han dado bajo la segunda administración de la Presidenta, Michelle Bachelet.
-¿Cómo evalúa que el registro de cambio de nombre y sexo se pueda hacer, ahora, en el Registro Civil?
La rectificación del sexo y nombre solicitada por un mayor de edad sin vínculo matrimonial es la modificación propuesta y entregada por organizaciones de la sociedad civil, dentro del proyecto de ley de identidad de género, en el que toda persona mayor de edad, que no tenga vínculo matrimonial vigente, podrá solicitar ante cualquier oficina del Servicio de Registro Civil e Identificación la rectificación de su partida de nacimiento por motivo de su identidad de género.
-¿Es un logro, en definitiva?
Sí, éste es un gran logro en los derechos humanos en Chile, forjado en su mayoría por organizaciones de transexules como OTD y Fundación Transitar, entre otras. Me parece excelente que se haya tomado esta decisión que, además, de disminuir las barreras de acceso al trámite y respeta los derechos humanos de las personas que deseen tomar la decisión de hacer la rectificación de su nombre y sexo por medio de un formulario en el Registro Civil para este efecto.
Materias pendientes
-¿En qué materias se debe avanzar y que están pendientes?
Existen varios puntos entre los cuales podría destacar por su contingencia, la posibilidad de que las niñas, niños y adolescentes puedan acceder a la rectificación de su partida de nacimiento en forma administrativa, ya que las personas que se encuentren con vínculo matrimonial no disuelto y los menores de edad, deberán presentar la solicitud en Tribunales de Familia. Sin embargo, hay que estar atentos a la discusión y aprobación de los artículos y, finalmente, a la aprobación total de la ley que esperamos sean, en la práctica, una herramienta accesible para todas y todos y que, por sobre todo, respete y garantice los derechos humanos.
-Hay a su juicio, ¿voluntad política o también falta que ésta se evidencie más?
A mi parecer, sí existe la voluntad política, lo comprobamos con la suma urgencia que entrega el Ejecutivo a esta ley en marzo y es un reflejo de que estamos avanzando. Lo que existe de parte de varios legisladores un sesgo producto de sus creencias y una ignorancia garrafal, no sólo en lo que concierne a lo Trans, sino a todo lo que tiene que ver con las diversidades sexuales e identitarias, lo que, al final, lleva a una deficiente forma de garantizar los derechos reales para la diversidad sexual, tal como lo indican las organizaciones internaciones y los tratados a los que el Estado de Chile ha adherido.
-¿Se les sigue demonizando?
Chile es un país preparado y, en su gran mayoría, respetuoso de la diversidad. Lo tradicional es la crítica frente a lo desconocido y, por eso, las generaciones actuales tienen tanta ventaja frente a esto. Hoy, quienes demonizan temas como los derechos de la diversidad sexual o el aborto, son los mismos que ayer demonizaban el divorcio y que le ha servido a más de uno. Más que pensar si estamos o no preparadas o preparados, hay que insistir en la educación que se entrega en los hogares, en los colegios y, por sobre todo, en las medidas que la misma ley tendrá y que permitirá educar a Chile en el conocimiento y respeto por las personas Trans.